Una condena sin precedentes en el Reino Unido
¿Quién es Lucy Letby y qué hizo?
Lucy Letby es una enfermera británica de 33 años que fue condenada a cadena perpetua sin revisión por el asesinato de siete bebés y el intento de asesinato de otros seis en un hospital de Chester entre 2015 y 2016.
Según las pruebas presentadas por la Fiscalía, Letby inyectó aire con una jeringuilla vía intravenosa a los recién nacidos mientras trabajaba en el hospital Condesa de la ciudad de Chester, al noroeste de Inglaterra.
De esta forma, provocó embolias pulmonares que causaron la muerte o graves daños cerebrales a los bebés.
El caso ha conmocionado al Reino Unido por la crueldad y la frialdad de los crímenes.
Estos crímenes causaron una gran conmoción en el Reino Unido, ya que una persona que tenía la responsabilidad de cuidar y proteger a los más vulnerables los cometió.
¿Cómo se descubrió su culpabilidad?
La investigación se inició en 2017, cuando se detectó un aumento anormal de las muertes neonatales en el hospital donde trabajaba Letby.
Tras revisar los registros médicos y las cámaras de seguridad, se identificó a la enfermera como la principal sospechosa.
Letby fue arrestada tres veces antes de ser acusada formalmente en noviembre de 2020.
Durante los interrogatorios, negó haber hecho algo malo y afirmó que amaba su trabajo y a los bebés.
Sin embargo, los expertos forenses encontraron evidencias de que Letby había manipulado las vías intravenosas de los bebés.
Y había inyectado aire con una jeringuilla que guardaba en su bolsillo.
Además, se hallaron en su casa objetos relacionados con la muerte infantil, como recortes de periódicos, libros y muñecos.
¿Qué dijo el juez al dictar la sentencia de Lucy Letby?
El juez James Goss, del Tribunal de la Corona de Manchester, anunció la condena el 21 de agosto de 2023, después de mencionar cada uno de los cargos contra la enfermera.
El magistrado dijo que “hubo premeditación, cálculo y astucia” en sus acciones y que “no hay explicación racional” para lo que hizo.
El juez impuso a Letby una pena muy poco frecuente en la legislación inglesa: prisión de por vida sin posibilidad de liberación.
Esto significa que nunca podrá solicitar la libertad condicional ni beneficiarse de ninguna medida de gracia.
El juez también expresó su solidaridad con las familias de las víctimas, que sufrieron un “dolor inimaginable” por la pérdida o el daño irreparable de sus hijos.
