Disco Demolition Night: el evento que marcó el declive de un género
En 1979, la música disco dominaba las listas de éxitos y las pistas de baile de Estados Unidos. Pero también tenía muchos detractores, especialmente entre los fans del rock, que la consideraban una música simple, vacía y para pervertidos.
Una de las expresiones más extremas de ese rechazo fue la Disco Demolition Night, una noche que terminó en disturbios y que algunos han calificado como un acto de racismo y homofobia.
El origen de la protesta contra la música disco
El responsable de organizar la protesta contra la música disco fue Steve Dahl, un locutor de radio de Chicago que había sido despedido de su trabajo cuando la emisora decidió cambiar su formato de rock a disco.
Dahl entró a trabajar en otra emisora, WLUP, y desde allí se dedicó a criticar la música de baile y a animar a sus oyentes a unirse a su organización anti-disco, los Insane Coho Lips.
Dahl se alió con el equipo de béisbol de los Chicago White Sox, que buscaba llenar su estadio, el Comiskey Park, durante una temporada mediocre.
Juntos idearon una promoción para el 12 de julio de 1979: todo el que llevara un disco de música disco al estadio pagaría solo 98 centavos por su entrada, el mismo número del dial de la emisora.
Durante el descanso entre los dos partidos programados para esa noche, Dahl haría explotar los discos recogidos en una gran hoguera.
El caos en el estadio
La convocatoria fue un éxito. El aforo habitual para un partido entre semana rondaba los 15.000 asistentes en un estadio con capacidad para 52.000 personas.
Aquella noche cerca de 90.000 personas intentaron acceder al estadio.
Muchos no llevaban discos de música disco, sino cualquier cosa hecha por un artista negro: funk, soul, R&B… Los discos no fueron recogidos por el personal del estadio, sino que fueron lanzados como frisbees desde las gradas.
Cuando Dahl hizo explotar los discos, miles de personas invadieron el campo y comenzaron sus propias fogatas.
Los antidisturbios tuvieron que intervenir y el caos se apoderó del estadio en una de las noches más oscuras del béisbol. El segundo partido tuvo que ser suspendido y luego declarado perdido por los White Sox por orden del presidente de la Liga Americana.
Las consecuencias y las interpretaciones
Aquella noche conmocionó al país. La música se había convertido en un motivo de enfrentamiento en una reacción similar a la que llevó a miles de jóvenes conservadores a quemar los discos de los Beatles después de que John Lennon dijera en una entrevista que la banda era más famosa que Jesús.
La Disco Demolition Night precedió y quizá ayudó a precipitar el declive de la música disco a finales de 1979.
Algunos estudiosos y artistas del género han debatido si el evento fue una expresión de racismo y homofobia, ya que la música disco estaba asociada a las minorías negras y homosexuales. Otros han defendido que se trató solo de una protesta musical sin intenciones políticas o sociales.
Lo cierto es que la música disco no murió aquella noche. Siguió evolucionando y dando lugar a otros estilos como el house, el techno o el hip hop.
Y también siguió siendo recordada y reivindicada por muchos amantes de la música que bailaron al ritmo de sus éxitos.