Felipe Calderón llama a recomponer la seguridad regional
El expresidente Felipe Calderón ha emitido una seria advertencia sobre la seguridad en América Latina. Durante su participación en el foro empresarial ABECEB, el exmandatario mexicano señaló que el crimen organizado experimenta una transformación. Según Calderón, se ha observado un «cambio de modelo criminal» que no ha sido analizado con detenimiento. Este nuevo modelo implica que el crimen organizado está comenzando a apoderarse de las estructuras del Estado. Las organizaciones delictivas están reemplazando funciones clave que tradicionalmente pertenecen a los gobiernos, como el control de la fuerza pública, la influencia en leyes e incluso la recaudación de impuestos. Esta situación representa una amenaza directa a la estabilidad de las naciones.
El cambio del narcotráfico al control territorial
Anteriormente, el narcotráfico se limitaba al tráfico de narcóticos. Sin embargo, el análisis presentado indica que los grupos criminales han desarrollado un nuevo mercado ilícito. En este nuevo paradigma, ya no es suficiente controlar las rutas. La prioridad ahora es adueñarse del territorio. Se explicó que los criminales necesitan controlar los puntos de venta y, para lograrlo, deben capturar al Estado, la entidad que por tradición ejerce dicho control. Este proceso de captura comienza con el soborno de policías, jefes policiales, alcaldes y, eventualmente, funcionarios de alto nivel, infiltrando así las instituciones desde la base.
La extorsión: El verdadero negocio criminal
El verdadero negocio del crimen organizado, según se detalló en el foro, es la extorsión. Una vez que una organización delictiva se ha apoderado parcialmente del Estado, pasa a dominar todos los negocios ilegales, como la prostitución o la piratería. Esto es posible porque las víctimas de extorsión en negocios ilegales no pueden solicitar la protección de las autoridades, ya que ellas mismas operan fuera de la ley. El escenario más grave ocurre cuando el Estado es capturado por completo. En esa instancia, ya nadie puede pedir protección, debido a que los criminales se han convertido en el propio Estado. Esta fue descrita como la tragedia que se vive en lugares como Michoacán.
Un llamado urgente a fortalecer las instituciones
El exmandatario recordó la ofensiva lanzada durante su gestión, asegurando que se lograron avances significativos. No obstante, se lamentó que esa política ofensiva fuera abandonada, permitiendo que los grupos criminales crecieran nuevamente. La advertencia final fue clara: la mayor amenaza para los pueblos es el crimen organizado. Por ende, se hizo un llamado enérgico a recomponer las instituciones de seguridad y justicia. Se enfatizó la necesidad de una verdadera política de Estado para capacitar y mejorar a jueces, fiscales y autoridades, llevándolos a una dimensión capaz de enfrentar «este nuevo flagelo de América Latina».

