Willow marca el camino hacia la supremacía cuántica
En octubre de 2019, Google alcanzó un hito trascendental en la computación cuántica con el anuncio de la supremacía cuántica. Esto significó que su ordenador cuántico había logrado resolver un problema en tiempo récord que un superordenador clásico no podría haber realizado ni siquiera en toda la edad del universo. Desde entonces, se ha seguido avanzando, y ahora Willow, el nuevo chip cuántico de Google, está llevando este progreso a un nivel superior.
El desafío de la corrección de errores en computación cuántica
Uno de los mayores retos en la computación cuántica es la corrección de errores. Los ordenadores cuánticos están sujetos a perturbaciones externas, o «ruido», que pueden alterar los resultados de los cálculos. Tradicionalmente, se ha intentado mitigar este problema mediante estrategias complejas que monitorean y corrigen errores en tiempo real. Sin embargo, a medida que se incrementa el número de cúbits (las unidades básicas de información cuántica), mantener el control de estos errores se vuelve cada vez más difícil.
Willow reduce los errores exponencialmente
Con el lanzamiento de Willow, Google ha dado un paso significativo hacia la solución de este problema. Este procesador cuántico no solo posee 105 cúbits, sino que implementa una tecnología que permite reducir los errores exponencialmente a medida que se agregan más cúbits al sistema. Esta capacidad significa que el procesador se vuelve más eficiente, incluso a gran escala, lo que podría revolucionar la forma en que los ordenadores cuánticos se utilizan en el futuro.
La importancia de este avance es que, hasta ahora, aumentar el número de cúbits en un sistema cuántico generalmente incrementaba la dificultad para controlar el ruido y las interacciones entre cúbits. Con Willow, Google ha logrado superar este obstáculo, lo que representa una mejora crucial en la estabilidad de los sistemas cuánticos.
Un cálculo asombroso en solo 5 minutos
Uno de los logros más sorprendentes de Willow es que ha sido capaz de resolver un cálculo de referencia estándar en menos de cinco minutos. Este mismo cálculo habría tomado 10 septillones de años para un superordenador clásico, superando por mucho la edad del universo. Este logro pone de manifiesto el potencial de Willow para revolucionar diversas industrias, desde la medicina hasta la energía.
El futuro de la computación cuántica
Google tiene grandes planes para el futuro. El siguiente paso de la compañía es utilizar el hardware cuántico de Willow para resolver problemas del mundo real que no se pueden abordar con los superordenadores actuales. Se espera que esto impulse avances significativos en áreas como el desarrollo de nuevos medicamentos, la creación de baterías más eficientes y, potencialmente, el desarrollo de energía de fusión.
El futuro de la computación cuántica está en manos de procesadores como Willow, y aunque los desafíos aún son grandes, las posibilidades son infinitas.
