Estados Unidos, acusado por Rusia
El Kremlin ha señalado a Estados Unidos como el responsable del supuesto ataque con drones que tuvo lugar el pasado mes de abril y que habría tenido como blanco al presidente ruso, Vladimir Putin.
Según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, el plan fue ideado en Washington y ejecutado por agentes ucranianos.
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Los detalles del ataque
El 23 de abril, el Kremlin informó que había frustrado un intento de asesinato contra Putin por parte de fuerzas de seguridad ucranianas que habrían lanzado varios drones cargados de explosivos sobre la residencia presidencial.
Sin embargo, no se presentaron pruebas ni imágenes que confirmaran el ataque, lo que generó sospechas sobre su veracidad.
La versión de Rusia
Peskov afirmó que el ataque fue una «provocación» de Estados Unidos y que las decisiones sobre este tipo de operaciones no se toman en Kiev sino en Washington.
«Estados Unidos elige los objetivos y los medios mientras que Kiev ejecuta«, dijo el portavoz. Añadió que Rusia está realizando una «investigación exhaustiva» del incidente y que responderá de forma «equilibrada y correspondiente a los intereses» del país.
La versión de Ucrania
Ucrania ha negado rotundamente cualquier implicación en el presunto ataque y ha acusado a Rusia de inventar una excusa para justificar su agresión militar en la frontera.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, calificó las acusaciones de Moscú de «ridículas» y «absurdas». Además, Ucrania ha denunciado que Rusia está llevando a cabo una campaña de sabotajes y desinformación para desestabilizar al país y socavar su soberanía.
Las posibles consecuencias del ataque
El supuesto ataque con drones ha elevado la tensión entre Rusia y Ucrania, que ya se encontraban en un punto crítico por la concentración de tropas rusas en la frontera.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el riesgo de una escalada militar y ha llamado al diálogo y al respeto al derecho internacional.
Sin embargo, las posibilidades de una solución pacífica parecen cada vez más lejanas ante la falta de confianza y la retórica belicista de ambas partes.