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Evergrande: el colapso del gigante inmobiliario chino

Cómo la quiebra de Evergrande afecta a la economía mundial

Wall Street sacudió el panel chino tras las noticias de la bancarrota del gigante Evergrande (Web/Arte Propio)
Wall Street sacudió el panel chino tras las noticias de la bancarrota del gigante Evergrande (Web/Arte Propio)

Cómo la quiebra de Evergrande afecta a la economía mundial

La crisis del sector inmobiliario chino

El pasado lunes, el gigante inmobiliario chino Evergrande declaró la quiebra en Estados Unidos.

Iniciando un complejo proceso de reestructuración de su deuda internacional de US$19.000 millones.

Esta noticia causó un fuerte impacto en Wall Street, donde las acciones de las empresas chinas como Alibaba, JD.com, Nio o PDD sufrieron pérdidas.

Al tiempo que aumentaron las preocupaciones sobre la situación económica de China.

Evergrande es considerada una de las mayores quiebras de la historia.

Ya que el pasivo total de la compañía ascendía a unos US$ 300.000 millones cuando comenzaron sus problemas financieros hace dos años atrás, cuando la matriz suspendió pagos.

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La empresa se había expandido rápidamente en el mercado inmobiliario chino, construyendo proyectos residenciales, comerciales y de ocio por todo el país.

Sin embargo, su modelo de negocio se basaba en un alto endeudamiento y una dependencia de las ventas anticipadas para financiar sus obras.

La solicitud de la protección por bancarrota del Capítulo 15 en un tribunal de EE.UU. por parte de Evergrande, que además se vincula con otras jurisdicciones como Hong Kong, las Islas Caimán y las Islas Vírgenes, llega en un momento en que el sector inmobiliario chino está en problemas y crece el temor de que se extienda a otros sectores de la economía china.

El impacto de Evergrande en la economía china y global

La crisis inmobiliaria en China está considerada como una de las principales debilidades del gigante asiático.

En un momento especialmente complicado para el gobierno, que no está consiguiendo impulsar el crecimiento económico como se esperaba.

Los principales indicadores económicos de China han mostrado una desaceleración en los últimos meses.

Por lo que los principales analistas han comenzado a recortar sus estimaciones de crecimiento cuando todos esperaban que el gigante asiático fuera el principal impulsor del PBI global tras varios años de restricciones por la pandemia.

Pero ahora el sentimiento ha cambiado y la quiebra de Evergrande (cuyos problemas datan de dos años atrás) no hace más que empeorar los pronósticos.

La bancarrota de Evergrande no solo afecta a sus acreedores internacionales.

Sino también a sus proveedores locales, a sus empleados, a sus clientes que compraron viviendas sin terminar y a los inversores minoristas que adquirieron sus productos financieros.

Además, la empresa tiene una gran influencia en el mercado laboral y en el consumo interno.

Ya que emplea directa o indirectamente a unos 3,8 millones de personas y representa alrededor del 2% del PIB chino.

El impacto también se ha sentido en los mercados globales, especialmente en los emergentes que dependen del comercio con China.

La caída de la demanda china podría afectar a las exportaciones de materias primas y bienes manufacturados de países como Brasil, Australia o Alemania.

Asimismo, la depreciación del yuan podría provocar una fuga de capitales y una presión sobre las monedas locales.

Las posibles soluciones y escenarios

Ante esta situación, el gobierno chino ha adoptado una postura cautelosa y ha evitado intervenir directamente para rescatar a Evergrande.

Sin embargo, ha tomado algunas medidas para contener los riesgos sistémicos y evitar el contagio a otras empresas y sectores.

Por ejemplo, ha inyectado liquidez al sistema financiero, ha facilitado la renegociación de la deuda con los acreedores locales e internacionales y ha instado a la empresa a garantizar la entrega de las viviendas pendientes.

Por su parte, Evergrande ha anunciado un plan de reestructuración que implica la venta de algunos activos no esenciales, la reducción de su tamaño y la conversión de parte de su deuda en acciones.

Sin embargo, el proceso es complejo y requiere de la aprobación de los acreedores y de las autoridades regulatorias.

Además, la empresa se enfrenta a múltiples demandas judiciales y protestas de los afectados.

Los expertos consideran que hay varios escenarios posibles para el futuro de Evergrande y su impacto en la economía china y global.

Optimista sería que la empresa lograra reestructurar su deuda de forma ordenada y que el gobierno chino lograra contener los efectos negativos en el sector inmobiliario y en el resto de la economía.

Pesimista sería que la empresa entrara en una liquidación caótica y que se desatara una crisis financiera y social en China, con consecuencias globales.

Probable sería que la empresa entrara en una reestructuración parcial y que el gobierno chino interviniera selectivamente para evitar un colapso sistémico, pero sin evitar una desaceleración económica.

En cualquier caso, la quiebra de Evergrande ha puesto de manifiesto la fragilidad del sector inmobiliario chino y sus implicaciones para la economía mundial.

Se trata de un desafío sin precedentes para el gobierno chino, que tendrá que equilibrar entre el mantenimiento de la estabilidad financiera y social y la reforma estructural del mercado inmobiliario.

Asimismo, se trata de una oportunidad para los inversores globales, que tendrán que evaluar los riesgos y las oportunidades que ofrece el mercado chino en un contexto de incertidumbre y volatilidad.

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